Ernesto tiene muy mala suerte, ¡¡tiene que estudiar en verano para aprobar las que le han quedado para septiembre!! Su papá es muy estricto y no hay nada que hacer: ni playa, ni piscina, ni salir con sus amigos (que aun así, están de vacaciones) ni nada, ¡a estudiar!
Pero una tarde, Ernesto decide que ya ha estudiado bastante y decide salir a dar un paseo, total por un ratito no va a pasar nada... Caminando, llega a la arboleda, un bosquecito de su ciudad al que iba con su abuelo cuando era pequeñito y que se conoce de palmo a palmo, porque allí hay unas vías y veían juntos pasar los trenes. Pero para su sorpresa, las vías ahora son vías muertas, y ya no hay nada que ver.
Un poco triste y resignado, da la vuelta y se encuentra con Marijuli, una niña de su clase que le resulta muy repelente, porque lo sabe todo. ¡Marijuli es una empollona y una sabionda! Siempre la primera, siempre la mejor... Y Ernesto, que tiene ganas de hacerle quedar mal, se inventa una historia sobre el hada Rufina, que vive en un arbol de tronco muy gordo en plena arboleda y para hacerle aparecer, hay que llamar a la puertecita. Marijuli se muestra escéptica y Ernesto está disfrutando con la broma: le lleva al arbol y llaman a Rufina, ¡toc toc toc!
Marijuli se enfada al darse cuenta del engaño, y Ernesto se ríe, ¡por fin ha quedado por encima de la niña! Pero su alegría dura poco para dar paso a la sorpresa: del tronco se abre una puertecita y Rufina aparece asomando la cabeza... ¿Quién le ha llamado?
Rufina es un hada buena que vive ayudando a los demás. La única labor que concibe es hacer el bien gratuítamente, y así se lo transmite a los niños. Como una especie de Mary Poppins en miniatura y con varita, Rufina pasa un verano de aventuras con Ernesto y Marijuli en el que siempre se dirige a ellos con mucha ternura, naturalidad y aplomo, sabiendo que trata con niños pero dirigiéndose a ellos con la misma confianza que usaría con adultos. Me parece estimulante que no solo tenga dibujos perfectamente descriptivos, sino que tiene mucho diálogo y perfectamente entonables.
Fernando Lalana crea un cuento que en mi opinión enternece tanto al niño como al adulto, que estimula la imaginación y que transmite al lector valores positivos y muchas, muchas sonrisas.
EL SECRETO DE LA ARBOLEDA
-Fernando Lalana-
ISBN: 978-84-348-1123-2
Editoral SM, Colección EL BARCO DE VAPOR, Serie Azul (lectores a partir de 7 años)
PVP. 6,95€